“No tengo tiempo”, “Tengo tanto que hacer”, estas frases o similares las he repetido una y otra vez causando en mi la insuficiencia de no poder hacer todo lo que desearía.
Frecuentemente decimos frases como estás cuando se nos juntan muchas cosas para realizar al mismo tiempo. Ya sea que estés en la escuela, universidad, trabajo o ministerio, seguramente te has sentido cargada por tantas responsabilidades y compromisos por cumplir. Comprendo que a tu edad no estés acostumbrada o incluso ni siquiera pienses en “planear” u “organizar” tu día, mucho menos tu semana, mes, año y hasta la vida. Si ese no es tu caso, siéntete dichosa y ayuda a otras jovencitas a planificar y organizarse.
Es importante que aprendas a organizar y planificar, la Biblia nos llama a hacerlo. En Génesis aprendemos que Dios vino a poner en orden todo lo que estaba en la tierra, ahí puedes conocer a un Dios creativo, que transforma el caos en una belleza.
En Salmos 139 aprendemos que Dios planifica, Él te planifico y diseño, El creo cada uno de los tejidos de tu cuerpo. David en Salmos 90:12 le expresa al Señor: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.”, en este versículo puedes aprender que necesitas la organización para vivir en plenitud.
En tu adolescencia y juventud es cuando necesitas crear buenos hábitos y atender los consejos de Proverbios.
Cada día te sorprenden desafíos, imprevistos, actividades y situaciones que probablemente no los pensaste, así que planificar puede convertirse en una actividad muy arriesgada cuando crees tener todo bajo control. Salmos 31:15 nos enseña que el Señor
tiene en su mano nuestros tiempos, entonces cuando planificas debes anhelar que la voluntad del Señor sea cumplida en tus planes, sueños, proyectos y vida.
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