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7 de Agosto


Porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. (San Lucas 15:24, RVR. 1995)

El Padre bueno. No cabe la menor duda que una de las parábolas más conocidas de los evangelios es la “parábola del hijo prodigo” pero más que llamarse “hijo prodigo” podemos decir que es la parábola del “Padre Bueno”.

En algún momento como hijos Dios podemos discernir algunos rasgos de nuestro propio carácter en el del hijo prodigo, un estado pecaminoso es un estado de separación y alejamiento de nuestro padre, de Dios.

Mirar a Dios como Padre, y nuestro Padre, será muy útil para nuestro arrepentimiento.

¿Ya le disté un abrazo a tu padre este día?

¿Quieres venir a los brazos de Dios?


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