Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos.
Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios. (Efesios 5:1)
Un día, Morris Cerullo le dijo a Dios que él quería ser como Moisés, pero Dios le trajo a memoria lo que Moisés había hecho. Luego le dijo -entonces quiero ser como David, Dios le recordó que David también había fallado, así en su oración mencionó a otros y de la misma manera se dio cuenta que cada uno falló. Dios le dijo –debes ser como mi hijo Jesús; él nunca me falló.
En la Biblia tenemos varios ejemplos buenos para imitar, pero sabemos que el mejor ejemplo a seguir se llama Cristo.
Si en algún momento sentimos que amar a alguien es difícil por todo lo que nos ha hecho, pensemos en nuestro amado Cristo, él nos amó a pesar de nuestro pecado.
El amor no es un sentimiento, es una decisión. Por lo tanto, no debemos dejar esa responsabilidad en otros, si no amo, es porque yo decidí no amar.
¡Hoy es un día para decidir amar a alguien!