“El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios”. Proverbios 16:23 (RVR1960).
La prudencia es una compañera que debe ir con nosotros para medir nuestras palabras, examinar nuestros pensamientos y darle crecimiento a nuestra sabiduría.
La prudencia puede definirse de dos maneras: es la cualidad de comportarnos y hablar sin ofender a nadie ni revelar información privada; y también la libertad de decidir qué se debe hacer en cierta situación.
*La prudencia en el espíritu, fruto de la renovación de la mente, da la capacidad para poder distinguir «cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto»
No lo hagas si no conviene. No lo digas si no es verdad. Marco Aurelio.
¿Práctico la prudencia en mi vida diaria?
¿Qué aprendemos con ser prudentes?
¿Cómo muestro respeto, sabiduría y prudencia para determinar el curso de acción que sea más favorable para todos?