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27 de Abril


“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad” (Salmos 37:1 Versión Reina Valera 1960)

Dios nos muestra cada momento su gran amor. Nuestra confianza debe estar en Él, y no estar afligidos en nuestro corazón cada día; sino tener la certeza de que sus promesas llegarán a nuestra vida. Hasta cuando esta duda nos seguirá como un enemigo que quiere vernos caer.

Es mi deber reconocer que tú has sido bueno conmigo y cantar salmos a ti. La impaciencia no me llevará a la victoria final, la vida eterna.

¿Debo envidiar que mis enemigos tengan triunfos?

¿Qué pasa si yo me deleito en el Señor?

¿Es justa la causa por la que estoy impaciente, para que Dios me la conceda?


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