“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:11 y 14)
“No te alejes de Jesús, el buen pastor”
Trata de imaginar la figura de un pastor, que cuida, alimenta y protege a sus ovejas. Las ovejas, son animalitos indefensos e ingenuos; incapaces de mirar los peligros, no pueden encontrar alimentos ni agua por sí mismas, frágiles sin el cuidado del pastor. Por otro lado, el pastor cuida tanto a sus ovejas que es capaz de poner en riesgo su propia seguridad para salvar y proteger a su indefenso rebaño. Así mismo somos, ovejas indefensas; pero, Jesús es nuestro buen pastor que dio su vida por nosotros. Sus ovejas debemos conocerle y ser conocidos por Él. No basta con decir que le conoces; Él también debe conocerte. No te alejes de Él, escucha su voz cada día en su Palabra y estarás cerca de sus cuidados.
¿Tienes suficiente capacidad para cuidarte y salvarte a ti mismo?
¿Qué sería de tu vida, si Jesús no te cuidara?
¿Estás conociendo a Jesús y Él te conoce a ti?