¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. (Salmos 119:9 RVR1960)
El salmista se pregunta, y a la misma vez da una respuesta directa, concisa y precisa. Y es que, sin duda, no existe otra manera en la que el hombre pueda vivir una vida de santidad, pureza y rectitud sino es viviendo en su palabra. “La palabra del Señor no sólo nos corrige, sino que nos forma, no sólo nos instruye, sino que nos equipa. No sólo nos exhorta sino que nos alienta, no sólo nos limpia las heridas sino que las sana”. Si guardamos su palabra y la atesoramos seremos bendecidos. La palabra de Dios es la medicina a nuestra alma. Meditemos en ella siempre.
¿Estoy dejándome instruir por la palabra de Dios?
¿Estoy guardando verdaderamente su Palabra?
¿Qué me impide aceptar el desafío para leer la Biblia este año?