“Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé”
Jeremías 29:12 (NVI).
La oración ha sido y sigue siendo una de las armas más poderosas, individual y colectivamente; es una disciplina espiritual que tendría que ser parte de la vida cristiana; sin embargo, es un hábito que muy pocos logran adquirir. ¿Te has puesto a pensar alguna vez que gran privilegio el poder acercarnos a Dios mediante la oración?, hablar con Él de manera directa a cualquier hora, día y/o lugar; cómo no atesorar tan alto honor de hablar con el Padre y presentar a Él aquello que te aflige y lo que te hace feliz.
“No puede decir que tienes una adecuada relación con Dios sin practicar la oración”
¿Es la oración un hábito en tu vida?
¿A quién acudes al estar en aflicción?
¿Qué significado tiene para ti acércate al Padre mediante la oración?