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8 de Febrero


“El Señor es mi pastor, nada me falta” Salmos 23:1 (NVI).

¡Qué gran promesa! Sin duda es una palabra que conforta nuestra vida de una manera indescriptible. Que alegría el que Él haya prometido ser nuestro pastor. Un pastor que tiene cuidado de cada área de nuestra vida, nos cuida de manera integral, no nos juzga sino al contrario, nos abre sus brazos de amor, es a su lado donde encontramos perdón, paz y aceptación.

Él ya decidió ser nuestro pastor, hoy nos toca a nosotros decidir cada día dejarnos pastorear por Él, lo cual implica escucharle, seguirle y obedecerle.

¿Le permites cada día que Él sea tu pastor?

¿Qué tan hábil eres para escuchar y obedecer su voz?

¿Confías plenamente en que Él es tu pastor?


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