“Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” ( San Juan 17:23 RVR1960 )
Cristo en nosotros. El placer del padre está en el hijo. El hijo está en nosotros; nosotros estamos en él. Fuimos invitados a ser partícipes de una relación de placer. Somos hijos de Dios. El privilegio màs grande que un ser humano puede tener es: que el Dios eterno, el Dios verdadero, seá su Padre. Y como hijos de Dios, debemos de trabajar y permanecer en unidad. La unidad honra a nuestro Padre celestial.