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3 de Septiembre


“Así pues, queridos hermanos, éstas son las promesas que tenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en espíritu; y en el temor de Dios procuremos alcanzar una completa santidad.” 2da Corintios 7:1 (DHH)

Una vida consagrada es lo que debemos tener como cristianos; el pasaje habla de la contaminación no solo en cosas físicas sino en cosas del alma, debemos guardar todo nuestro ser de estas cosas que afectan la comunión con Dios y vivir en un temor de Dios que con solo contemplar su santidad relevada en la palabra podamos anhelar, amar y vivir en esa santidad que es perfeccionada en Dios cada día.

¿Qué cosas afectan mi relación con Dios?

¿Cuánto medito en la santidad de Dios como para darme cuenta que no soy digno de Él?

¿Conozco las promesas de Dios para mi vida si le honro con mí vivir?


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